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Sentirte perdido/a laboralmente: cuando no sabes qué camino seguir


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Sentirse perdido no siempre significa estar desempleado. A veces ocurre desde dentro de un trabajo estable. Puedes tener un contrato fijo, un buen sueldo, incluso cierto “éxito” desde fuera… pero sentirte vacío, desconectado, confundido.


Otras veces, la sensación viene después de una pérdida: te despidieron, cerró la empresa, terminaste una etapa. Y ahí estás, frente a un abanico de posibilidades… pero sin saber cuál elegir. El futuro se siente como una niebla espesa: hay algo más allá, pero no puedes verlo.

Uno de los mayores errores que cometemos es asociar nuestro valor personal con nuestra claridad profesional. Si no sabemos qué hacer, creemos que somos flojos, inconstantes, incapaces. Pero no es así.

Estar perdido no es una falla. Es una etapa. Una que, aunque incómoda, puede ser el inicio de un nuevo camino si te animas a escuchar lo que realmente necesitas.

 

Entonces, ¿qué puedes hacer cuando no sabes qué hacer?


1. Hazte las preguntas adecuadas

En lugar de buscar respuestas rápidas, intenta abrir espacio a la exploración:

  • ¿Qué me gustaría aprender, aunque no sepa para qué?

  • ¿Qué disfruto hacer, incluso si no es “útil”?

  • ¿Qué tipo de vida quiero tener, más allá del trabajo?


2. Observa tus días

A veces el cuerpo sabe antes que la mente. Observa qué cosas te hacen sentir bien o mal durante el día. Qué tareas te drenan, cuáles te energizan. Haz un diario durante una semana. Hay pistas ahí.

 

3. Habla con personas que hayan pasado por lo mismo

No te encierres en tu cabeza. Conversar con alguien que haya vivido un proceso similar puede darte perspectiva, esperanza, ideas. A veces solo escuchar “a mí también me pasó” ya es alivio.

 

4. Permítete probar sin compromiso

No tienes que tomar una decisión definitiva. Puedes explorar algo sin casarte con ello. Un curso corto, una charla, una colaboración… pequeños pasos que te ayuden a descubrir sin presión.

 

No necesitas tener todas las respuestas hoy. A veces solo hace falta hacer una pequeña pausa, mirar hacia adentro y darte el permiso de sentirte perdido sin juzgarte. Porque desde ahí, desde la honestidad, empiezan a aparecer nuevas posibilidades.


Si estás en este proceso…

No te apresures. No te exijas claridad inmediata. No te compares. Respira. Escúchate. Pide ayuda si lo necesitas. Y sobre todo, confía en que lo que viene también puede ser valioso, incluso si ahora no lo ves con claridad.


En conclusión, Sentirse perdido laboralmente no es un signo de debilidad ni de falta de capacidad. Es, muchas veces, el inicio de un cambio necesario. En una sociedad que nos empuja a tener respuestas rápidas y caminos lineales, permitirte no saber, detenerte y escucharte ya es un acto valiente.

No necesitas tener claro todo tu futuro para dar el siguiente paso. Basta con empezar por algo pequeño: una conversación, una idea, una emoción que te dice que hay algo más allá de lo que estás viviendo ahora.


Confía en ti. Aunque hoy estés en medio de la niebla, recuerda: estar perdido no significa estar roto. A veces, es simplemente el primer paso hacia encontrarte.


SOLI está gestionado por la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), pertenece a la convocatoria SOIB Orientación Itinerarios Integrales de Inserción, promovido por el SOIB y ha contado con la cofinanciación de la Unión Europea (FSE+)

 
 
 

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